En entradas anteriores hablaba del poder de la vulnerabilidad en la línea del discurso de Brené Brown. Ahora lo hago desde otro ángulo. Mostrar vulnerabilidad es útil cuando lo hacemos con las personas que nos importan y a las que importamos. Con las que tenemos un vínculo o queremos crearlo. Con las personas a las que no importamos, por ejemplo un desconocido por la calle, es mejor no mostrar vulnerabilidad. Primero porque les da igual cómo eres o cómo te sientes y segundo porque no sabes si su nivel de conciencia les llevará a utilizar esa información para algo constructivo o destructivo. Puede dar pie a la tentación de abusar. Quien dice por la calle, dice por internet, las redes sociales… 😉